Admitámoslo, ahora en España
estamos…
Pero no desesperéis, aún hay
algún sector en el mundo de la traducción que “resiste todavía y siempre al
invasor”. Sabemos que, por ejemplo, el mundo de los videojuegos está todavía en
auge y que es un mundo muy rentable, pero hay otros sectores de traducción
audiovisual que están aún por explotar y en los que cada vez hay más demanda
profesional. Si crees que Hispania no tiene esperanza, ¡no te pierdas la
siguiente información y pasa a formar parte de nuestra aldea de indestructibles…traductores!
Gracias al MTAV de la UAB he
descubierto un montón de ramas de la traducción audiovisual y que ésta no se
limita al doblaje y al subtitulado, sino que hay otros sectores bastante
desconocidos que en cuanto el mercado se dé cuenta de lo valiosos que son, la
demanda aumentará notablemente y los que tenemos una formación en esos campos
veremos una salida luminosa al final del túnel. Me refiero en concreto a la audiodescripción
y al rehablado.
Vamos a explicarlas un poco más
en detalle de una manera muy sencilla.
- La audiodescripción, junto con la
subtitulación para sordos, es una rama de la traducción de accesibilidad.
Consiste en adaptar para personas invidentes o con poca visión el contenido de un
documento audiovisual o incluso de una conferencia o una obra de arte. Parece
muy fácil, quizás penséis “bueno, sólo hay que describir”. Pero en realidad el
trabajo requiere mucho esfuerzo, ya que hay que ser muy cuidadoso con el lenguaje,
hay que tener fluidez, respetar los guiones y sonidos importantes de la película,
ser muy gráfico… Eso en cuanto a los documentos audiovisuales, porque en cuanto
a, por ejemplo, obras de arte… audiodescribe esto, bonito:
No se trata de
describir, sino de transmitir. El efecto tiene que ser el mismo en un receptor
invidente que en un receptor vidente. Obviamente, es casi imposible,
porque siempre se pierden pequeños matices (algo a lo que los traductores
estamos muy acostumbrados).
- El rehablado es muy parecido a la
subtitulación en directo, pero en este caso en lugar de teclear en un
ordenador, el rehablador locuta el texto a un programa de reconocimiento de voz.
En algunas ocasiones el mismo programa va lanzando el texto en forma de
subtítulos en pantalla, pero en otras ocasiones es necesario un segundo
programa que procese el discurso y lo convierta en subtítulos, como en el caso
del programa Dragon. Para conseguir un producto de calidad es necesario un
tiempo de entrenamiento para que el programa se acostumbre a tu voz, a tu
acento y a tu forma de dictar y pronunciar. A la hora de dictar, debemos
hacerlo como lo hacían nuestros profesores cuando éramos pequeños, es decir,
dictando puntos, comas, interrogaciones y demás signos de puntuación. Una vez
el programa se acostumbra a ti y tú a él, es muy cómodo y eficaz, ya que se
alcanza una velocidad de subtitulación mayor que si tecleamos el texto.
Como veis, hay que renovarse o
morir, así que abrid vuestra mente a nuevas modalidades y explorad un mundo aún
por descubrir…