sábado, 24 de marzo de 2012

¿Y si nos vamos todos de colonias?

Tras la Second International Conference on Translation and Accessibility in Video Games and Virtual Worlds en la UAB, resumiendo: Fun For All, solo puedo decir una cosa: ¿y si nos vamos todos de colonias?
A parte de las grandes conferencias y de lo mucho que he aprendido de todos y cada uno de los ponentes, me ha encantado compartir horas, cafés comidas y cenas con compañeros de profesión a los que por fin conozco en persona. Todo eran sonrisas e ilusión por intercambiar experiencias y… ¡tarjetitas! Bueno, ¡en mi caso CDs!
Como ya nos comentaron a todos en la carrera, es fundamental mantener contacto con compañeros, ya que la mayoría de los traductores somos autónomos y nos solemos sentir bastante solos traduciendo “autísticamente” en nuestra habitación con el pijama y el gato (dos clásicos). Te puedes volver loco, hasta el punto de colgarle un cascabel a la ropa sucia y meter al gato en la lavadora.
 (Sí, es mi gato, ¡pero ningún animal resultó herido al hacer esta foto!)

Ayuda mucho tener a alguien al otro lado de la pantalla o del teléfono que te entienda cuando te atascas con un encargo o cuando un cliente te presiona. Se llegan a crear grandes amistades. Sólo había que ver la buena química que había en Fun For All entre todos.

Por eso me encantan este tipo de eventos, y creo que sería genial hacer una especie de campamento en plan Campus Party (creo que no existe ninguno de traductores, ¿no? ¿O yo no me he enterado? Pero nada de irse con trabajo al campamento, que podemos acabar así:
¡De eso nada! Si conseguimos hacer un campamento, que sea para intercambiar experiencias, divertirnos, conocernos y sobre todo… ¡disfrutar de la compañía de otros traductores!
¿Es una utopía? Quizás, pero… you may say I'm a dreamer, but I'm not the only one…

jueves, 15 de marzo de 2012

Seis consejos para diseñar unas tarjetitas de visita...¡Hazte con todas!

Hace unos años, allá por 1º o 2º de carrera, Judith nos dio unos consejos para abrirnos camino en este mundillo. Nos contó que ella se sintió traductora por primera vez cuando recibió las tarjetas de visita que había encargado. Hace unas semanas, en el MTAV de la UAB, Ricard Sierra nos dijo exactamente lo mismo: “te sientes traductor por primera vez cuando encargas unas tarjetas de visita”.

Pues bien, hace unos días, encargué unas tarjetas y han llegado hoy. No son nada del otro mundo, pero sí me hacen sentir más completa. Me las he diseñado yo misma, y además son las primeras que me hago, así que no son perfectas.

Sin embargo, creo que recogen bastante bien todo lo que quiero mostrar a mis posibles clientes.

Para los que aun no se han animado a encargar tarjetitas, aquí os paso unos consejillos que a mí me han resultado útiles a la hora de diseñar las mías:
  1. Tu nombre debe destacar: no olvides que en el caso de los traductores, nuestro nombre es nuestra marca, es lo que nos identifica.
  2. La información debe poder leerse perfectamente: nada de “Edwardian Script” o fuentes enrevesadas. Pónselo fácil al cliente, que ya nos lo pondrán difícil ellos a nosotros…
  3. Personaliza tu tarjeta: debes reflejar tu estilo, es una mini-carta de presentación…
  4. Haz diferentes estilos para cada rama a la que te quieras dedicar: no vale utilizar la misma tarjeta para localizar videojuegos que para doblaje, por ejemplo. En cada rama incluye motivos propios de la especialidad para que el cliente se identifique contigo.
  5. Incluye toda la información de contacto que puedas: no sobrecargues la tarjeta, pero trata de darle todas las facilidades posibles al cliente para que te localice con rapidez. Indícale tu dirección, teléfono (fijo/móvil), fax, email, web… Lo típico, vaya. Y puesto que en nuestra profesión las redes sociales desempeñan un papel muy importante a la hora de darnos a conocer, procura que en tu tarjeta se incluya también la dirección de tu blog, tu nombre de usuario de Twitter o de Facebook, el de Linkedin…
  6. Pero sobre todo… ¡SÉ ORIGINAL!: Apuesta por la creatividad. Las tarjetitas en blanco y negro ya están pasadas de moda y además son demasiado sobrias. Hay que destacar entre los demás candidatos, así que crea un estilo único que resalte y que no deje indiferente a nadie.

Y hablando de originalidad, no puedo acabar esta entrada sin mencionar las pedazo de tarjetas que se ha hecho mi compañera Nieves. ¡Reservad una, que van a volar! Creo que las voy a coleccionar…
Y ahora, con mis tarjetitas listas, solo me queda esperar hasta la semana que viene para repartirlas aprovechando la International Conference on Translation and Accessibility in Video Games and Virtual Worlds de la UAB.
¡Allí os espero!

jueves, 8 de marzo de 2012

¡Tú sí que vales!

Ante todo, me gustaría agradeceros la bienvenida a la “blogosfera”, la verdad es que me hace mucha ilusión que haya alguien al otro lado de la pantalla. Como veis, he “tuneado” un poco el blog para personalizarlo.  Incluso he quitado el "captcha" de los comentarios y le he puesto RSS (creo), tal y como recomendó Pablo en Twitter. Voy poquito a poco, pero voy. 


Ya entrando en materia, me gustaría compartir con vosotros una anécdota que le conté hace unos días a una compañera.

Al acabar la carrera, me puse a buscar trabajo para pagarme el máster y conseguí una entrevista en una agencia de traducción. Nada más entrar, el señor que me entrevistó me miró con una cara como de sorpresa y cuando yo le devolví la mirada con mi cara de "WTF?", me dijo: “vaya, no me esperaba que fueses tan joven”. Yo tenía 23 años.

La entrevista siguió su curso normal y al acabar, el hombre me dijo: “la verdad es que tienes un buen currículum para tu edad y bastantes prácticas en empresas. Y desde luego nos vendrías muy bien. El problema es que, de cara a nuestros clientes, la imagen que daríamos teniendo a alguien tan joven es la de una agencia poco seria. Los jóvenes parece que tenéis poca experiencia y los clientes no se fían, nos piden traductores que lleven ya bastantes años de carrera. Tú no te preocupes, que el mundo de la traducción es así. De momento, ponte a dar clases particulares a niños y mira a ver si puedes ir haciendo alguna traducción esporádicamente. Yo calculo que hacia los 30 años encontrarás algo de traductora, pero de momento, no”.

Después de esa entrevista se me quitaron las ganas y la ilusión que sentía por la traducción. Vale, es obvio que no tengo la misma experiencia que un traductor que lleve 20 años dedicándose a esto, pero si no me haces ni una prueba de traducción, ¿cómo sabes si tengo talento? Es indiscutible que en nuestro trabajo, además de necesitar experiencia, necesitamos tener talento, un talento innato. Y esta vez no hablo solo de traducción audiovisual, sino de todas las ramas de la traducción, e incluso de la interpretación. Un traductor literario, por ejemplo, necesita tener un talento fuera de lo normal para traducir poesía, un intérprete necesita unos nervios de acero y un traductor audiovisual no es nada sin una imaginación prodigiosa. Todo esto se intensifica con la práctica y con la experiencia, por supuesto. Pero dame al menos la oportunidad de demostrarte si valgo o no valgo.

Por suerte, al empezar el MTAV conocí personas que, con mi misma edad o unos años más, han conseguido llegar alto y que son todo un referente en este mundo. Yo voy siguiendo poquito a poquito sus pasos, aprendiendo de ellos y tratando de mejorar cada día. En parte, conocer a esas personas ha hecho que me decidiera a crearme este blog. Así que… ¡GRACIAS!

sábado, 3 de marzo de 2012

Trabajamos con el lenguaje del ocio...

Por fin me he decidido. Por fin me he creado un blog de traducción. Y es que ya he encontrado mi lugar en el mundo. ¿No os pasaba, queridos traductores audiovisuales, que os sentíais diferentes? ¿No sentíais que no hacíais “click” entre tanto traductor jurídico, económico, literario etc.? Ojo, que de la carrera me llevo amigos que valen su peso en oro, pero somos muy diferentes (quizás el ejemplo más claro de que los polos opuestos se atraen).
Al llegar al MTAV de la Autónoma de Barcelona, lo primero que me llamó la atención fue lo parecidos que éramos todos en cuanto a gustos. No sé si esto se aplica a todos los traductores audiovisuales pero... “me llena de orgullo y satisfacción”  encontrarme con gente que se ha visto más de 10 veces la trilogía del Señor de los Anillos, se sabe las canciones de todos los clásicos de Disney de memoria, se ha pasado todas las ediciones de Zelda en menos que canta un gallo, se pasa horas en las bases de datos de www.eldoblaje.com, subtitula capítulos de Friends en sus ratos libres…
Y es que, señores, somos “frikis”, y con orgullo lo llevamos. Reconozcámoslo, los traductores audiovisuales somos un tanto peculiares. ¡Pero nos encanta! A veces sonamos un poco gafapastas, sobre todo cuando, por defecto profesional, vemos una peli en versión doblada y nos concentramos más en buscar errores de traducción que en el propio argumento de la película. ¡Pero tienen que comprendernos! Nunca dejamos de trabajar, nunca dejamos de aprender. Trabajamos con el lenguaje del ocio. Somos esos que consiguen que tu hijo pueda jugar al Animal Crossing en español, que puedas ver tu película favorita sin necesidad de apuntarte a cursos de inglés, somos parte activa de la fórmula mágica que hace que George Clooney (por ejemplo) pueda hablar en castellano. Redactamos los textos sobre ballenas jorobadas que tú escuchas de fondo mientras la voz melodiosa del locutor del documental te arroja en brazos de Morfeo. Gracias a nosotros puedes comprar por internet artículos de otros países sin miedo a equivocarte de producto por no haber entendido lo que decía la versión en inglés de la web.
Estamos por todas partes, en tu día a día. En los anuncios, en internet, en el cine, en la televisión, en la ópera, en la pantalla de la consola…
 Nos apasiona nuestro trabajo, para nosotros es más que una forma de ganarse la vida… es una forma de vida.